GLOBALIZACÓN, ECONOMÍA Y ETICA
La globalización a la que asistimos es un proceso muy desigual en el planeta. Esto marca diferencias, sobre todo en los países con bajos niveles en infraestructuras y rentas.
Se crean regiones con humanos de primera o de segunda categoría y los derechos se adquieren y por el contrario no se tienen desde que naces.
Todos conocemos del avance e interés en mundializar el comercio, pero no en crear instituciones fuertes a nivel global. Ni siquiera la ONU, de la que son firmantes la mayoría de los países del planeta tiene poder coactivo para arbitrar este fenómeno, asunto que a mi juicio es fundamental.
Este ámbito globalizador no está resultando un modelo creíble porque no lo esta siendo propiamente dicho ya que no se involucra a todos los agentes no se globalizan fronteras, derechos humanos ni legislación.
Un proceso de esta envergadura en un planeta ínterconexionado por todos los avances tecnológicos existentes necesita de un proceso más homogéneo y no encontrarse constantemente supeditado al mercado.
Uno de los hechos más característicos es el que tiene que ver con la deslocalización de la producción de las empresas a países no desarrollados este hecho en economía lo argumentamos del lado de los beneficios de los productores.
Se utiliza en muchas ocasiones el eufemismo de ventajas comparativas cuando el abaratamiento del producto es basado en salarios raquíticos, sobreexplotación o en trabajo infantil.
Si a lo largo de la historia conocemos como el mundo más “adelantado” ha utilizado como fuerza de trabajo a esclavos para el desarrollo económico y esto es inconcebible en la actualidad.
Salvando las distancias no es moralmente aceptable que basándonos en unas ventajas que juegan fuera del alcance de los derechos del hombre y siempre en virtud de los beneficios, se acepte por parte de la economía como algo plausible porque entonces este sistema económico es más un juego de picardía que una ciencia social.
Se crean regiones con humanos de primera o de segunda categoría y los derechos se adquieren y por el contrario no se tienen desde que naces.
Todos conocemos del avance e interés en mundializar el comercio, pero no en crear instituciones fuertes a nivel global. Ni siquiera la ONU, de la que son firmantes la mayoría de los países del planeta tiene poder coactivo para arbitrar este fenómeno, asunto que a mi juicio es fundamental.
Este ámbito globalizador no está resultando un modelo creíble porque no lo esta siendo propiamente dicho ya que no se involucra a todos los agentes no se globalizan fronteras, derechos humanos ni legislación.
Un proceso de esta envergadura en un planeta ínterconexionado por todos los avances tecnológicos existentes necesita de un proceso más homogéneo y no encontrarse constantemente supeditado al mercado.
Uno de los hechos más característicos es el que tiene que ver con la deslocalización de la producción de las empresas a países no desarrollados este hecho en economía lo argumentamos del lado de los beneficios de los productores.
Se utiliza en muchas ocasiones el eufemismo de ventajas comparativas cuando el abaratamiento del producto es basado en salarios raquíticos, sobreexplotación o en trabajo infantil.
Si a lo largo de la historia conocemos como el mundo más “adelantado” ha utilizado como fuerza de trabajo a esclavos para el desarrollo económico y esto es inconcebible en la actualidad.
Salvando las distancias no es moralmente aceptable que basándonos en unas ventajas que juegan fuera del alcance de los derechos del hombre y siempre en virtud de los beneficios, se acepte por parte de la economía como algo plausible porque entonces este sistema económico es más un juego de picardía que una ciencia social.
En mi opinión creo que los países subdesarrollados deberían de empezar con una especie de "autarquía light" para que así pudieran generar sus propios recursos y el comercio internacional no ahogara aún más sus raquiticas economías puesto que no existe una organización firme en cuanto al comercio, que favorezca a estos países, esa sería mi solución.
Posted by
Elena Cantos |
18 de mayo de 2007, 2:15